Ya nadie se asombra de nada. Ni de las patochadas de Kim Jong-un, ni de las ocurrencias de Trump o las "boutades" de Le Pen. Ni de lo último que ha robado un dirigente del PP ni del 1 de octubre (el día de la bronca en Ferraz) permanente en el que vive (y parece que seguirá viviendo) el PSOE.
A lo mejor es lo normal, por aquello que decía Carl Jung de que todos nacemos originales y morimos copias.
Pero a mí me parece mal.
Sin asombro, y sin la duda que provoca el asombro, no tenemos ganas de aprender.
Y sin ganas de aprender, ¿qué vamos a enseñar los maestros? ¿El programa? Anda ya.
A lo mejor es lo normal, por aquello que decía Carl Jung de que todos nacemos originales y morimos copias.
Pero a mí me parece mal.
Sin asombro, y sin la duda que provoca el asombro, no tenemos ganas de aprender.
Y sin ganas de aprender, ¿qué vamos a enseñar los maestros? ¿El programa? Anda ya.
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