Últimamente, cuando te acercas a la puerta de un colegio, no sabes a dónde mirar. Si al cartel que anuncia que son un centro bilingüe, o al que proclama que son un centro medio-ambientalmente sostenible, al que dice que es un centro comprometido con la competencia digital en educación, al que explica que el centro está dotado de unidades de acompañamiento y orientación o al diploma que le dieron por ser un centro que cuida el bienestar emocional de los alumnos. ¿Qué tal si quitamos todos carteles y ponemos uno que diga: "aquí enseñamos bien (y a todos y a todas)"?
Manuel Moreno Mauricio viajó a la URSS después de salir de la cárcel de Burgos, donde Franco lo encerró para doblegar su voluntad a base de frío. Lo cuenta Enric Juliana en "Aquí no hemos venido a estudiar", una de esas obras sencillas que le ayudan a uno a entender el mundo. Manuel Moreno sabía que aquel mundo no funcionaba bien, pero era su mundo: era su "esfera". Toda persona humana vive en el interior de una esfera: puede ser inmensa como la cristiandad, puede ser grande y tensa como el movimiento comunista internacional, puede ser intensa como una pequeña nación, puede ser la familia, puede ser el Fútbol Club Barcelona o el Real Madrid, pueden ser los "amigos" de facebook, los seguidores y los trolls de Twitter, pueden ser los seguidores de Instagram, puede ser la saga Star Wars, puede ser un amigo imaginario... Siempre habitamos en el interior de una esfera. Eso pienso yo, también. Por eso creo que lo mejor que podemos dar a los demás es perspectiva....